Llevo ya unos dias con una mezcla de ilusión y miedo por volver al pueblico en el que pase buena parte de mi adolescencia y juventud. Allí disfrute muchísimo y también con los años he derramado muchas lagrimas, ir allí siempre me trae un sabor agridulce...Por un lado la nostalgia de todos los buenos momentos vividos, las fiestas del pueblo, las noches con las amigas, los días enteros con mis primicos, la familia...Recuerdos muy buenos mezclados con otros muy duros, pero cada segundo vivido allí mereció la pena.
En los últimos 6 años apenas he podido estar allí más de una noche, las dos ultimas veces fue por ir a los funerales de dos personas muy importantes en mi vida, y desde entonces no he pasado ni una noche más allí, he ido de visita y a pasar muchas tardes, pero desde hace seis años que no estoy más de un día.
Mañana vuelvo, estaré una semanita allí, me angustiaba pensar que me vinieran a exigir como siempre, que se contasen versiones diferentes de una realidad, que haya discusiones, enfrentamientos...Pero hoy he hablado con mi consuelo, y he decidido que a quien venga con esas intenciones le diré que yo no necesito eso, que he ido para pasar unos días tranquila con la familia y que todo lo demás queda fuera.
Quiero ver el cielo estrellado, oler el aroma tan característico, encontrar luciérnagas, fumar a escondidas, pasarme horas hablando y dando consejos a quien ya me los ha pedido, disfrutar de la pequeñaja de la familia y de mis niños...De mis tias y primas, de mi madre...volver a sentirme parte del pueblo, y reconciliarme con los fantasmas del pasado, demostrarme a mi misma que esta también soy yo.
No sé si encontrare tranquilidad, hoy hablando, he llegado a la conclusión de que aunque no todo sea lo tranquilo que me gustaría, ni todo encaje a la perfección, tengo que hacer el esfuerzo de serenarme, y marcarme el objetivo del que toda mi vida he renegado: SER FELIZ, el no, ya lo tengo.